miércoles, 22 de junio de 2011

Aprendí a decir adiós...

Nunca he sido buena en las despedidas.Y no en el tipo de despedida en la que en uno o dos años te volveré a ver, sino en las despedidas emocionales, esas despedidas en las que sabes que todos los días verás esos rostros y esas caricias pero que sabes que jamás recuperarás lo que tenías.

De tantas maneras me gustaría poder correr a los brazos de éstas personas y decir.. por favor, acéptame de regreso. Y dentro de mi, sé que debo aprender a vivir así. Y es entonces cuando las lágrimas comienzan a salir y empiezo a pensar... ¿Qué hice mal?

He perdido personas a las que he llamado "HERMANOS O HERMANAS" y al final, descubrí que no son ni mis hermanos ni mis hermanas, y que aparentemente jamás cumplirán con su trabajo como hermanos.

También tuve que conformarme con ver a las personas que amo, amar y respetar a alguien que no las respeta o que no las aprecia, y debí aprender que no es mi vida a la que trato de meterme... y que al menos yo aprecio que me comenten pero que no me digan como vivir mi vida.

He tratado de arreglarlo y es por eso en parte que empecé a creer, me di cuenta que creer cambia completamente mi percepción. Gracias a Lu, conocí a un hombre llamado Meher Baba.

Hablaré de él en otra entrada, ahora quiero concentrarme en comunicar la manera en la que aprendí que no importa cuánto peleé mi pelea sigue siendo estúpida e incoherente y debo aprender a llegar a un acuerdo que nos beneficie a ambos.

Eso sí, algunos no lo merecen. Y algunos que quieren formar parte de la vida de personas cercanas a mi, deben saber que esas personas verdaderamente tienen una relación conmigo que además en algunos casos, debe ser prioridad.

Así que como diría Baba, peleamos por una sola razón.... falta de control. También pienso que es falta de atención...
En fin, no estoy segura de absolutamente nada en este punto. Disculpen el desorden de la entrada pero mis pensamientos son un desorden

"Repite después de mi... SOY LIBRE"





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