miércoles, 10 de septiembre de 2014

&I

Me senté en Mariage Frères a tomar un te, dudaba si debía tomar un te negro con lavanda o quizás algo más frutal cuando al bajar la mirada leí 'Marco Polo'. Mi mente instantáneamente me llevo a otro lugar, algo que se parece un poco a mi hogar. Me llené de recuerdos y de nostalgia. Recordé las mil y un historias que comparto con una persona y aún más importante, lo orgullosa que me hace sentir llamar a ésta persona; mi hermana.

Mi hermana vive su sueño. Ella hace lo que le encanta, vive como le gusta. Mi hermana tiene algo que yo admiro mucho, se atrevió a hacer lo inimaginable y lo sacó a adelante. Algo que parecía un hobby, se volvió una realidad, una vida.

A millones de kilómetros de ella, me siento cerca de ella. Compartimos música, compartimos gustos, compartimos gestos y formas de hablar. Las dos correríamos por un buen te, por una buena comida. Las dos gritaríamos hasta el cansancio en un concierto. Las dos lloraríamos al ver nuestros sueños hechos realidad. Las dos reiríamos viendo alguna serie británica. Somos hermanas. Nos lanzamos a las aventuras juntas. Formó parte de mis momentos más importantes, una graduación, un tatuaje, una despedida, un cumpleaños, una fiesta... Una presencia constante e impactante.

Este tipo de figuras que sabes que no puedes perder en tu vida. La mujer que tiene entrevistas de radio, que tiene publicaciones en revistas, que tiene un blog con el nombre más original de todos y que además, hace que todo lo que creíamos imposible, parezca fácil.

Me digo afortunada de tener a esta persona en mi vida. Y aún más importante... Me siento orgullosa de presentarles a mi hermana.

¡Feliz Cumpleaños, Issa!






lunes, 1 de septiembre de 2014

1 Septiembre

Camino entre las calles de París. Me detengo frente a La Bastille, La Concorde, Invalides, El Arco del Triunfo y me siento maravillada. Son lugares llenos de historia, de magia, de París. Es en ese momento que millones de pensamientos atraviesan mi mente como un tren de alta velocidad, y me pregunto ¿Cómo llegué aquí?  ... Me dirijo hacia alguna calle perdida, alejada de turistas y de ruido y encuentro un pequeño café, me siento y pido un café crème y mi mente se pone a divagar mientras bebo el delicioso elixir de media tarde. De pronto una idea asalta mi cabeza, creo saber cómo llegué aquí.

Es casi imposible no sentirme atraída a estos grandes lugares históricos. Cuando estoy frente a ellos, un solo pensamiento atraviesa mi cerebro y se instala ahí durante toda mi visita: "Desearía que El Capitán estuviera aquí".

"El Capitán" es mi padre, es el hombre que me ha motivado toda mi vida. Es mi gran orgullo y mi ejemplo a seguir. Es el hombre que me enseñó a ser curiosa y a buscar más. Es el hombre con quien comparto horas de discusiones de historia, filosofía, religión y otras ciencias. Una de mis personas favoritas, uno de mis consentidos.

Cuando dejé mi casa y me lancé a la aventura de mi vida, sabía que dejar a mis papás sería lo más difícil, pero increíblemente están conmigo en todo momento. La historia de París es larga y relevante para el mundo entero, y a veces puedo escuchar a mi papá contándome qué sucedió en esos lugares.

Me adentro en un jardín, un callejón, un museo y puedo sentir la presencia de mi padre. Casi puedo sentir su mano insistiendo que la tome antes de cruzar la calle. Camino junto al Sena y me siento a tomar una siesta, creyendo ser él.

Hoy, primero de Septiembre del 2014, El Capitán cumple años. El primero separados, y sin embargo, lo celebramos con un crème y una crepa. Porque en cada paso del camino, él está ahí.

Feliz Cumpleaños, Papá.

Nos vemos pronto.



domingo, 26 de mayo de 2013

Lo que se necesita.

Despertamos con un sentimiento de cambio. Con unas ganas intensas de vivir lo más apasionantemente que se pueda, con unas ganas de cambiar al mundo y a nosotros mismos, con ganas de encontrar un futuro más increíble, más preparado para nosotros, más apto para la persona que queremos ser. 

Todos nos imaginamos a una persona perfecta, alguien que tiene y hace todo lo que querías ser, alguien que sea capaz de tener el físico perfecto, la pareja  perfecta, la vida perfecta, pero no  hacemos nada por conocer ese punto, porque sabemos, aunque sea muy en el fondo, que esa persona no existe. Que aunque no seamos la persona más perfecta del universo, hacemos lo mejor que podemos por al menos, ser capaces de rozar la perfección con la punta de los dedos. Por adquirir ese sabor de boca, ese pensamiento de que el cambio fue perfecto para ti, que el cambio que acabas de hacer, es lo que el mundo esperaba de ti. 

Y llegan noches increíbles. Llegan días irreales. Y por buscar ese sentimiento, por darle esa importancia a un sueño imposible, dejamos ir el sueño real. Dejamos la importancia de algo grande a un lado. Quizás no haya sido el mejor día de tu vida, quizás te dijeron cosas que no estabas listo para escuchar o quizás dijiste cosas que no querías decir, que habías escondido tan bien que nadie sabía que ese tipo de pensamiento se escondía dentro de ti.

Porque sin darnos cuenta, los momentos que cambian tu vida pasan por ti, pasan de lado o a través de ti, y estabas tan concentrado en un mañana que no te diste cuenta del cambio potencial que ese momento significaba. Una conversación en el cine o en una fiesta, un mensaje o una canción, lo que escuchaste de otra pareja o la vez que te sentaste en una cafetería a observar a la gente, son los momentos que sin darte cuenta hacen que valga la pena tu día, tus dudas, tu incertidumbre, tus ganas inmensas de vivir vuelven a tu cuerpo.

Despiertas con nuevas ganas, estás harto de hipocresías, de pretender que aquella persona es el amor de tu vida, de poner títulos a relaciones, de consultar todo con tus amigos... y te dejas ir. Ves el mundo con tus ojos, y aunque quizás no sea el sueño que esperabas, aunque quizás no sea todo como creías... es lo más real que puede ser y que sea tan real... te recuerda que estás vivo y que no preferirías ninguna otra cosa.

sábado, 4 de mayo de 2013

Algo raro.



....

...

..

Y ahí estamos. Ahí estamos los dos.

Te miro con incertidumbre, sé que me volví equivocar.. estoy casi segura de que ya no tenemos como regresar de esto, pero trato de buscar algo en tus ojos, en tu persona, en tus brazos cruzados y tu mirada perdida, en la manera con la que sostienes el cigarro.. pero no hay nada, ahí ya no estoy yo. Aquel amor que nos hacía tanto daño, que creaba tanta destrucción... se ha ido.

Quizás si te hubiera conocido en el fin del mundo, con otra canción que no dijera nada de estrellas o de sueños, tal vez.. si hubiera sido diferente, si tu hubieras estado dispuesto a todo, si yo no estuviera dispuesta a nada... pero todo se queda entre líneas. Hemos aprendido a hablar así, decir cosas triviales y tratar de saber que estábamos sintiendo.

Pero aquí estamos, en ese fin. En ese círculo eterno. Quizás no seamos buenos como amigos. Quizás no seamos buenos como seres que cohabitan, o incluso, no seamos buenos como personas. Sé que si te viera en la calle, aquella oleada de sentimientos, me golpearía como si llevara 100 años tomando impulso, esperando el momento en el que la frágil persona que soy junto a ti volviera a aparecer, esperando el momento en el que me dejara ir.. el momento en el que entendiera que no debo controlar todo.

Y entre mentiras y juegos, esto se acabó.
Aunque nos amaramos y creyéramos que podíamos serlo todo..

Espero no volverte a encontrar.
Jamás.

Espero que cuando estés de nuevo en un acantilado y saltes, alguien más esté dispuesta a atraparte.

Pero las cosas no podían quedarse ahí, tenía que volverte a escuchar, tenía que ver tus ojos, tenía que escuchar tu voz diciendo mi nombre por última vez. Tenía que subir mi mirada, encontrarla con la tuya, hacer todo lo que sabías que haría, porque al menos mientras pensabas en el qué pasaría, te importé... aunque tú me importes todos los días de mi vida.

No tengo idea de que decir ahora.. no tengo idea de cómo mirarte a los ojos, de como aceptar que a pesar de mis errores, me encantaría tener tu vida en mi vida.

Así que no diré nada.

El tiempo se lleva el recuerdo. Y tal vez, en cincuenta años, te preguntarás que fue de mi, escucharás nuestra canción y dos que tres lágrimas resbalarán por tus mejillas, y entonces.. entonces sabrás que siempre te he amado, y que siempre lo haré.

miércoles, 3 de abril de 2013

I gave him my best.

¿Cómo confías en tus sentimientos cuando desaparecen de pronto? ¿Cómo vives sabiendo que lo único que te une a ciertas personas, puede esfumarse en un minuto? ¿Cómo aprendes a caminar, si aquel que caminaba a tu lado...se ha ido?

Sí, la respuesta a la primera es, solo lo haces. 
La respuesta a la segunda es... algunas personas solo se van y debes seguir adelante.
Y la tercera es, aprendes a ver el cielo y las flores, antes que los ojos del que camina a tu lado.

Supongo que siempre hay alguien que camina a nuestro lado, que a veces se atrasa o que a veces corre.... y algunas veces, esa persona depende más de ti que tu de ella. Y la verdad a todos nos da miedo pensar que alguien depende de ti, si no lo hace es porque no te has dado cuenta que depender implica que la otra persona, a tus ojos es mejor que tú y siempre va a estar ahí.
Mi única pregunta es... A los diecisiete años ¿Alguien sabe como ser mejor y siempre estar ahí? Realmente creo que aunque hacemos nuestro mejor esfuerzo no sabemos hacerlo.

Quizás sea un reto o quizás tan solo sea algo que nos proponen pero ¿Por qué no ser mejores? digo, no para que alguien dependa de ti sino para que al pasar, la gente quiera caminar tu mismo camino, quieran seguir tus huellas y para darse cuenta que al ser mejor, dejaste de necesitar de alguien que caminara a tu lado.

Ahora necesitas del clima de las siete de la noche, de música o de un buen libro, algunos quizás necesiten amigos y una que otra cerveza, pero al final, por la noche, al acostarte a dormir... sabes que fuiste lo mejor que pudiste ser y entonces, te dejas ir.

Y buenas noches.. dejas de sentir o de saber, solo para despertar listo para un nuevo día. Para renacer, para mostrarle a otros como ser mejor, como dejarse ir, como saber quienes son. Y aunque suene como una rutina, cada persona es una aventura diferente, que te está esperando. 

viernes, 29 de marzo de 2013

My dearest stranger...

Distrito Federal, México, Viernes 29 Marzo 2013

Mi más querido extraño,

Hoy te escribo sin ninguna razón. Te escribo para hablar.. te escribo para recordarte que estoy viva, que aquí estoy. No te quiero preguntar cómo estás o qué has hecho, no porque no me importe, sino porque es momento de contemplar cosas más grandes que tú y yo.. que cualquiera de aquellos que nos lleguen a leer o que cualquier persona caminando por ahí, observando su vida, pensando si tomaron las decisiones correctas o si alcanzaron su felicidad.

¿Acaso has llegado a aquel punto en el que no estás seguro de que prosigue? Quizás hablas de mucho y a la vez de nada... Tal vez incluso sigues pensando en la historia de la niña.. la historia que nos dio tanto miedo y que ahora cobra tanto sentido. Si en ese momento hubiera sabido que aquella historia marcaría mi destino, quizás no la habría escuchado. Era un día caluroso, estábamos a punto de entrar a la primavera, el cambio de clima era evidente, todo nos hacía sentir cansados y sedientos y la teoría popular era que "el sol cansa", nosotros solo queríamos descansar, comer algo y quizás cuando el calor bajara, salir a caminar y sentir lo último que quedaba del invierno, la brisa de media-tarde. Y ahí empezó la historia. 
Una niña que al hacerse a un lado, encontró al mundo girando completo a su alrededor, la vida pasando, grandes nubes de incertidumbre acumulándose frente a sus ojos, bloqueando la vista de millones de ideas corriendo por las avenidas de la Ciudad de México. Para entonces, la vida se había escapado, como arena entre sus dedos, todas las experiencias se habían ido y ella no había aprendido nada, seguía siendo la misma niña que necesitaba que tomaras su mano antes de cruzar la calle, la misma niña que al escuchar una tormenta corría a esconderse, la misma niña que ansiaba salir en domingo por un helado y un buen libro.

...


¿Lo ves ahora? 

...

Esa es nuestra historia.
Esa es la historia del futuro que se transformó en el presente. 
¿Acaso todas nuestras experiencias se escapan? ¿Dónde estamos? ¿Qué está pasando?

¿Ya construiste nuestra casa en las estrellas? 
Mi más amado extraño, no quiero vivir de esa manera. Nuestra casa en las estrellas, nos hacía sentir seguros pero ¿eso es lo que queremos? Claro, la seguridad nos ayuda a todos, pero prefiero sentirme insegura y totalmente viva a seguir ahí, en esa galaxia con millones de personas mirándonos y pensando ¿Qué pasa ahí arriba que jamás podré conocer? No, eso se acabó. Aquí estoy. Estoy viva. Estoy poniéndome al frente de lo que será el resto de mi vida. Vamos, averigua conmigo que sigue, que es esa luz y que es lo que se siente que tu alma esté al alcance de tu mano.

Extraño..
Espero verte allá, donde las aventuras se viven.


L.


miércoles, 30 de enero de 2013

Empezaba con M..

Empezaba con M el nombre del mejor hombre que tuve la fortuna de conocer. Se llamaba Manuel, y era un hombre ejemplar, sin nada de caprichos pero lleno de amor, un niño muy travieso y con muchas ganas de vivir. Disfruté cada paso que di con él y cada historia que escuché, cada canción y cada danzón que compartió con mi abuela, cada travesura, cada Coca-Cola, cada bolillo, cada dulce y sobre todo, todas y cada una de sus carcajadas.

Mi abuelo, es un modelo a seguir, es una de esas personas que veías de lejos y te preguntabas qué le había hecho la vida para que fuera tan feliz, y cuando al fin, te sentabas a escuchar su historia... te sorprendía como podía llevar esa sonrisa en sus labios, cuando escuchaba que se reunía con sus amigos a jugar dominó, a platicar, a tomar a sus hijos entre sus manos, a enseñarnos millones de juegos y como volvernos expertos en despistar a la abuela para así poder robar galletas y dulces de la cocina, para que después el pudiera comer con nosotros y que mi abuela al entrar a la sala nos viera llenos de mijagas y muertos de la risa.

Nunca creí que lo pudiera perder. Y hoy, exactamente un año después, extraño poder tomarlo de la mano para platicar una vez más de como era Portales cuando él era un niño, extraño tomar un vasito de Coca sin hielos que de acuerdo a mi abuela, sabía a perro mojado, y más que nada, extraño a Sagaz. Extraño escuchar aquella historia de un niño que su padre llevó a la escuela de la  Pereza y dejó ahí, pero era taaaaan flojo que esperaba debajo de un árbol de peras para comer y gritaba "Peras caigan".

Jamás escuché a mi abuelo cantar, pero lo vi bailar. Bailaba danzones con mi abuela, y me enamoré de aquel baile tan sencillo pero tan lleno de sentimiento, nunca he visto a un hombre más enamorado y más lleno de sueños, que a mi abuelo. Aún a los 88 años, él seguía pensando en la siguiente jugarreta, en la siguiente mentira piadosa y en la siguiente carrera que mis primos y yo tendríamos que hacer a la tienda, antes de que mi abuela llegara del mercado. 

Hace un año se fue, y sin embargo, de alguna manera loca, no se ha ido. No creo que en algún momento lo haga, mis primos y yo seguimos hablando con él, le cambiamos sus flores, limpiamos su foto.. pero inconscientemente, seguimos esperando que nos digan que ya nos sentemos a comer, que el abuelo tiene hambre... 

Extraño aquellas películas de vaqueros, de disparos y de hombres con grandes sombreros discutiendo sobre alguna cosa que nunca entendí, pero que me encantaba ver una y otra vez tan solo por ver la emoción de aquellos ojos otra vez..

Te extraño abuelo, pero sé que estás aquí... y sé que siempre voy a encontrar pistas de ti, pistas que nos dejaste... como los dulces pegados al cajón de madera o las grandes tardes, las grandes canciones o incluso la imagen de zapatos flotando por los riachuelos de Portales o de pronto, escuchar en el fondo de mí.. esa carcajada.

Sé que vives en mi, y en todos aquellos que estuvieron cerca de ti. Gracias Abuelo.. Gracias Sagaz.. Gracias.