jueves, 22 de septiembre de 2011

Un cierre de ciclos que me enseña de los nuevos.

Jamás creí que alguien que no fuera mi familia me enseñaría tanto acerca de una familia, acerca de lo que es ser leales, ser felices, no separarse, de jugar, de reír, de ser hermanos, de ser padres, de ser sencillos.

Siempre vivo aventuras, todos los días me dedico a que mi vida sea una aventura, como dice Odín "imagina que alguien está viendo tu vida en el cine, pues como que quieres hacer la película más chingona no?"

La verdad sí, quiero hacer la película más increíble del mundo, para mí lo es. Cerramos un ciclo juntos y empezamos otro nuevo, uno que ya habíamos tenido y que disfruté muchísimo.

No solo maduré con Sergio y su familia, sino que llegué a conocerme, y lo más importante entendí el lado sencillo de la vida, de las cosas. Entendí que no todo se aprende de libros, museos y documentales, si nunca sales a vivir jamás descubrirás lo que es realmente bello. Otra cosa increíble que aprendí fue... el lado humano y sentimental de mi propia familia. Entendí mucho y aprendí mucho.

Quizás nunca habría entendido lo que es el perdón entre hermanos, aunque quizás nunca lo he vivido. Gracias a este ciclo, pude decir "QUIERO A MI FAMILIA Y LA QUERRÉ EL RESTO DE MI VIDA." 

Mi familia ha decidido cosas para los demás, ha querido proteger a sus iguales y yo me salgo del protocolo y entro en el de algo más y paseo entre líneas y órdenes. 

Entendí miles de cosas gracias a oraciones de lo más simples de parte de mi suegra y aprendí mil y un cosas de mi suegro. Nunca había tenido a alguien que significara lo que significa Rodrigo para mí y en otra realidad conocí a alguien como Ilse, cuando al fin la conocí en esta realidad... no pude más que pensar que hay muchas cosas en ella que yo amaría tener.

No los pierdo ni me separo de ellos. Siempre los recordaré y seguiré siendo parte de ellos (espero).

Ahora, discúlpenme si me retiro y me voy a vivir mi nueva aventura aún tomada de tu mano.